Se conmemora en Argentina un nuevo Día del Kinesiólogo y la Kinesióloga. La fecha permite visibilizar la importante labor que desarrollan dichos profesionales de la salud en el país. También, la efeméride resulta oportuna para señalar dificultades que encuentran diariamente en la actividad asistencial.
Este 13 de abril se celebra en Argentina el Día Nacional del Kinesiólogo y la Kinesióloga. La fecha recuerda un aniversario más de la creación de la primera escuela de kinesiología del país, más precisamente en la Universidad de Buenos Aires (1937). Desde ese entonces, el ejercicio profesional -muchas veces silencioso y no del todo reconocido- de dichos profesionales de la salud ha resultado central para el diagnóstico, tratamiento y recuperación de distintas patologías.
La kinesiología en Argentina se caracteriza por ser una disciplina joven en transformación permanente. A lo largo de su historia ha estado a la altura y ha sabido dar respuesta a las necesidades de salud de la población. Lo comentado ha ocurrido, incluso, en situaciones de emergencia de gran impacto para la salud pública. Basta recordar, a modo de ejemplo, el importante rol de la kinesiología respiratoria en la pandemia por poliomielitis de la década de 1950, o el valioso aporte realizado en la más reciente crisis por COVID-19.
Algunas estadísticas del ámbito universitario dan cuenta de un interés creciente por la profesión en el país. El número de ingresantes a kinesiología en los distintos centros con oferta educativa se ha duplicado durante el período comprendido entre 2007 y 2019. Durante ese año ya superaban los 8.000 estudiantes. En la actualidad, quienes finalmente egresan ven multiplicadas las opciones formativas de posgrado y eso lleva a una mayor especialización del cuidado kinésico. Hoy existen kinesiólogos y kinesiólogas que se desempeñan en la atención primaria, unidades de cuidados críticos, o en los servicios de rehabilitación. Allí incursionan en la traumatología, neurología, patología cardiorrespiratoria o la deportología, entre muchas otras especialidades.
Pero a la licenciada Alejandra Vallejos, lo que más le gusta es la kinesiología pediátrica. Comenta a Océano Medicina que -luego del grado por las universidades del Nordeste y Buenos Aires- pudo especializarse en el Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez (Buenos Aires) en esa rama que tanto le apasiona. Actualmente, se desempeña en territorio bonaerense, más precisamente en el Hospital de Niños de San Justo y en el Materno Infantil de Tigre.
Sus días transcurren entre niños y niñas que requieren intervenciones kinésicas por distintas patologías. La tarea asistencial que realiza requiere una dosis extra de esfuerzo. “Ayuda mucho ver como los niños y niñas mejoran y se van de alta a sus hogares”, comenta la licenciada Vallejos. Y agrega que un dibujo de regalo, o un encuentro y un saludo en los pasillos del hospital mucho tiempo después, son cosas que la gratifican.
La efeméride ayuda a reconocer y visibilizar el trabajo de los kinesiólogos y kinesiólogas en el país. Pero también permite señalar obstáculos y dificultades que experimentan diariamente en su práctica profesional. Como ocurre con otros profesionales de la salud, quienes se dedican a la kinesiología de manera frecuente se enfrentan a un ambiente laboral desgastante. Así lo determinan, entre otras cosas, las exigencias físicas y psíquicas propias de la actividad asistencial, las jornadas extensas, la frecuente falta de reconocimiento y la insuficiente remuneración económica.
Debido a estos factores, algunos estudios han identificado niveles elevados de síndrome de desgaste profesional entre quienes practican la kinesiología en Argentina. Una investigación realizada en especialistas en neurorrehabilitación da cuenta de una prevalencia que asciende al 27,7%. Allí se hipotetiza que dicho valor podría estar asociado con la creciente precarización laboral.
Los resultados del estudio, que guardan sintonía con hallazgos de otras investigaciones provenientes de otros países, llaman a destinar mayores esfuerzos en la implementación de políticas de cuidado que aboguen por la salud mental y psíquica de los profesionales. También en el artículo se consigna que el trabajo en equipo es valorado entre los profesionales de la kinesiologia como verdadero sostén emocional.
A la licenciada Vallejos le preocupa la situación relatada. Pero también la poca disponibilidad de tiempo libre que dejan las tareas asistenciales para actividades de investigación. En ese sentido, otros profesionales ya se han encargado de señalar la aún baja producción científica local y la falta de revistas indexadas sobre kinesiología en Argentina.
Vallejos cree que el camino emprendido en la especialización dará más frutos en la región. Pero, por el momento, no deja pasar la oportunidad de “desear un feliz día a todos los profesionales de la kinesiología, que aman lo que hacen con sus manos y el corazón”. Vaya también, entonces, el saludo de Océano Medicina.
Medicina general
100 horasTraumatología
400 horas-Datos del Ministerio de Educación de Argentina.
-Estrés laboral y burnout en kinesiólogos/as con orientación en neurorrehabilitación en la ciudad de Rosario/ Revista Academica SEYS.
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