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¿Cambiará el sistema de salud luego del coronavirus COVID 19?

En el marco del Día internacional de la salud, cuatro profesionales de diversas áreas de salud brindan sus perspectivas en torno a la siguiente pregunta: ¿Cree que cambiarán el concepto de salud y el sistema sanitario luego de esta situación de emergencia sanitaria?

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Los aspectos más relevantes del artículo

  • En 1948 la OMS definió que salud es el “estado de bienestar físico, mental y social completo, y no meramente la ausencia del mal o la enfermedad
  • Según un reporte de la OMS de 2019, la inversión en salud representa el 10 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial.
  • En los países de ingresos bajos y medianos esta inversión se ha incrementado, anualmente, un 6 por ciento.
  • Mientras que en los de ingresos altos, lo ha hecho un 4 por ciento.

Hoy se celebra el “Día internacional de la salud”, sin embargo, en una situación de emergencia sanitaria como la que atraviesa el mundo, el propio concepto de “salud” se encuentra en crisis. En ese aspecto, es posible reflexionar sobre dos preguntas. Primero, si una vez transcurrida la pandemia, circularán nuevos sentidos sociales en relación al concepto de salud y, segundo, si se producirá algún cambio dentro del sistema sanitario global y local.

Una vuelta a la noción integral de salud

En el año 1948, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió que salud es el “estado de bienestar físico, mental y social completo, y no meramente la ausencia del mal o la enfermedad”. Es decir, que poseer una calidad de vida plena no significa solamente no presentar patologías.

La visión de la OMS abarca múltiples facetas del desarrollo humano y requiere que cada persona sea consciente de la implicancia de sus acciones diarias en su salud.Claro que, en este punto, no se pueden obviar las diferencias sociales y, por ende, el desigual acceso a los recursos.

No obstante, la irrupción de COVID 19 ha hecho emerger la conciencia de las personas en los factores que repercuten en su propia salud y la innegable importancia de ciertas acciones preventivas.

Mayor inversión

Según un reporte de la OMS de 2019, la inversión en salud representa el 10 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial. En los países de ingresos bajos y medianos esta inversión se ha incrementado, anualmente, un 6 por ciento, mientras que en los de ingresos altos, un 4 por ciento.

La inversión sanitaria se compone de gasto público (51 por ciento) y pagos directos (35 por ciento). En este último grupo se incluyen el seguro médico voluntario, los programas de salud proporcionados por los empleadores y las actividades de las organizaciones no gubernamentales.

La propagación de COVID 19 ha puesto de relieve la importancia del aumento del porcentaje de inversión de los estados en el campo sanitario. De hecho, varios países como Estados Unidos o Francia indicaron que invertirán más capital en el sector.

Qué opinan los profesionales

Para reflexionar sobre posibles cambios que sucederán tras la pandemia, océano medicina magazine ha solicitado a diversos profesionales que brinden sus perspectivas en torno a la siguiente pregunta: ¿Cree que cambiarán el concepto de salud y el sistema sanitario luego de esta situación de emergencia sanitaria? Éstas son sus respuestas:

Guillermina Chattas, Subdirectora de la Carrera de Especialización en Enfermería Neonatal, Facultad de Ciencias Biomédicas: La Organización Mundial de la salud (OMS) y el Consejo Internacional de enfermería (CIE) declararon el año 2020, como el año de la enfermería y las matronas, a través de la campaña Nursing Now. El objetivo de ambos organismos era potenciar la figura de la enfermera y poner de relieve la necesidad de que haya enfermeras capacitadas, así como invertir en estrategias de reclutamiento y retención, y eliminar las barreras al desarrollo de los roles de enfermería avanzada, que están demostrando una gran eficacia en la expansión de la cobertura sanitaria universal.Nadie sospechó que la enfermería, una profesión anónima hasta hace poco tiempo, pasaría a ser una de las más requeridas, casualmente en el año que se recuerda los 200 años del nacimiento de Florence Nightingale.

La pandemia de COVID 19 irrumpió en nuestras vidas, trabajo, planes y rutinas; la forma de saludarnos y de hacer las compras. Dinero y poder, son dos cosas efímeras que perdieron su valor ante la llegada de un virus, para el que los bienes materiales no importan y tampoco son respetados por él. Políticos, presidentes, amas de casa, profesionales y albañiles, todos en el mismo mundo, con posibilidades de ser infectados. Nadie se salva solo.

COVID 19 sacó de eje a muchos, nos obligó a incorporar rutinas que nunca pensamos que íbamos a realizar, como regular la entrada de los padres a la Unidad de Neonatología. Nos llegamos a plantear si madres y recién nacidos con la infección debían ser separados. O si la lactancia materna, de la cual soy defensora y activista, debía suspenderse.

No soy especialista más que en el cuidado de recién nacidos. Y lo que escribo, es simplemente una opinión, el grado más bajo de evidencia científica, de alguien que no es experto. En realidad, el equipo de salud con más experiencia en el tema tiene cuatro meses. Todos estamos aprendiendo, y modificando normas de atención, a medida que van cambiando los escenarios.

He atravesado otras epidemias como la de VIH, SARS, la gripe aviar, que nos han dejado aprendizajes. Luego de la epidemia de VIH, nadie realiza extracciones de sangre sin guantes. Lo aprendimos e incorporamos.

El sistema de salud, no será el mismo. La COVID 19 nos cambió a todos. Veo diariamente, a las 21 horas, aplausos comprometidos en agradecimiento a los profesionales de la salud.

¿Podremos aprovechar la oportunidad para demostrar que el trabajo de cuidado delicado y especializado de una enfermera cambia los resultados? Ojalá los aplausos puedan traducirse en acción en el futuro, en mejores condiciones laborales y en reconocimiento social para las enfermeras.

Nada será como era antes. Si no, no habremos aprendido nada. Esta pandemia nos enseña, todos los días, sobre la finitud de la vida humana.

Rocío Hernández, Licenciada en Nutrición y Psicóloga Social: Sin duda alguna, todo va a transformarse. Esta situación irrumpe súbitamente en la vida cotidiana del sujeto y ocasiona reestructuraciones no deseadas ni planificadas, con todo lo que ello puede implicar.

La transformación no solo será individual, sino también social y si la situación de pandemia se extiende en el tiempo, probablemente también notaremos cambios culturales. Sin embargo, nos encontramos hipotetizando sobre posibles consecuencias cuando lo único con lo que contamos es el ahora: el desarrollo de la pandemia en estado de ebullición.

La salud, entendida como un proceso que se articula constantemente con la enfermedad, exigirá un rol activo y presente del sujeto. Y no solo de manera individual sino colectiva, es decir, un sujeto que logre adaptarse activamente a una restructuración del espacio público, que modificará la manera en la cual nos vinculamos entre nosotros y, por supuesto, con nuestro entorno.

El sistema sanitario, integrado por estas personas (y por nosotrxs: los sanitarixs), se movilizará a una marcada exigencia hacia el reconocimiento de la salud como un bien inexorablemente social, donde presupuestariamente el Estado deberá saldar deudas históricas. “Salud para el pueblo implica, indefectiblemente, salud por el pueblo”.

Sergio Papier, Presidente de la Asociación Latinoamericana de Medicina Reproductiva (ALMER): El sistema de salud va a cambiar a nivel global; y a nivel local se reasignarán nuevos recursos en el área de salud.

Jonathan Finkelstein, médico urólogo: La pandemia pone en plano de conciencia la vulnerabilidad cuando se trata de salud, que no respeta clases sociales, grado de desarrollo de los países, etcétera. Los cambios que experimentaremos serán a nivel personal, y ayudarán a que seamos más conscientes de la importancia de estar sanos. En algún momento esto va a terminar y en la cabeza de la gente va a quedar como una “internación prolongada”. Nadie que pasó por esa situación vuelve a ser el mismo. Si esta situación al menos nos deja incorporado el hábito del lavado de manos, se va a lograr generar de una situación negativa algo positivo.

Con respecto al sistema sanitario, no creo que cambie nada. Con el tiempo aparecerán otros temas en agenda y, nuevamente, quedará relegado el tema en el interés político. La potencial situación crítica que podemos llegar a pasar, los profesionales de salud la atravesamos diariamente en el sistema público. Por ejemplo, cuando se suspende una cirugía tres o cuatro veces por falta de camas en terapia intensiva, o cuando nos falta aparatología o recursos físicos y humanos.

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Fuente/s:

Ministerio de Salud de la Nación Organización Mundial de la Salud

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