Es posible que, para 2030, el número de personas que viven con esta patología aumente a 578 millones.
El próximo 13 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, una iniciativa impulsada por la Organización Mundial de la Salud y la Fundación Internacional de la Diabetes (FID). Este año, el lema de la campaña de promoción de la efemérides es “Si no es ahora, cuándo” y alerta sobre las desigualdades en el acceso a los cuidados contra la diabetes que atraviesan las personas, según la región en que viven y el grupo socioeconómico al que pertenecen.
“Cien años después del descubrimiento de la insulina, millones de personas con diabetes en todo el mundo no pueden acceder a los cuidados que necesitan”, expresan desde la FID. Y agregan que los pacientes con este tipo de afección requieren atención y apoyo continuos para controlar su condición y evitar complicaciones.
Por otro lado, advierten que la pandemia de COVID-19 ha implicado una amenaza sanitaria adicional. En ese marco, plantean que es importante que los recursos y la atención no se centren exclusivamente en las enfermedades infecciosas en detrimento de las no transmisibles, como la diabetes.
En algunos países de Latinoamérica, el porcentaje de adultos con diabetes ha aumentado notoriamente entre 2010 y 2019. En México, por ejemplo, pasó del 10%. al 14%. Y, en Brasil, del 7%. al 11%. Pero el país donde el incremento ha sido más drástico es Belice, que pasó de un 7% a un 17%.
Por su parte, Argentina, Colombia, Ecuador, Uruguay y Chile, han logrado revertir las cifras al disminuir los porcentajes de casos durante la última década.
La FID solicita a los gobiernos y a los responsables políticos que:
El año pasado, la campaña de la FID promovida en el Día Internacional de la Diabetes resaltó la labor de las y los profesionales de la enfermería en la prevención, diagnóstico y tratamiento de las personas con todos los tipos de esta dolencia. Su accionar incluye la promoción de hábitos y estilos de vida saludables, el diagnóstico precoz, la educación diabetológica de los pacientes y el fomento del autocuidado.
Pero, según una encuesta global de aquella entidad, 4 de cada 5 trabajadores de enfermería consideran que los Estados no hacen lo suficiente para fomentar el entrenamiento en diabetes que se necesita. Algo que, a la luz de las estadísticas brindadas, es difícil de entender, incluso desde una perspectiva de costo-beneficio.
Un paciente con diabetes suele generar altos costos a los sistemas sanitarios de diversos países. Lejos de descender, los expertos pronostican que dichos valores se incrementarán en los próximos años si no se logra mejorar la prevención y el diagnóstico precoz de la enfermedad. Por ello, resulta primordial un mejor entrenamiento y un mayor reconocimiento del profesional de enfermería pues, habitualmente, es el contacto inicial -y en algunos casos el único- con el que interactúa un enfermo con síntomas o signos de diabetes.
Fundación Internacional de la Diabetes Panorama de la Salud: Latinoamérica y El Caribe 2020. OECD LIbrary
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