El documento fue auspiciado por el el Instituto Nacional de Cancerología en colaboración con la Sociedad Mexicana de Neumología y Cirugía de Tórax, la Asociación Mexicana de Medicina General y Familiar y la Federación Mexicana de Especialistas y Residentes en Medicina Familiar, y en él se desarrollaron 14 recomendaciones para auxiliar al médico de primer nivel de atención en la toma de decisiones para la detección temprana y referencia oportuna del paciente con sospecha de cáncer de pulmón.

Como parte del método, las preguntas de investigación se formularon mediante el esquema “PICOT [(Población (P); Intervención (I); Comparación (C); Outcomes o resultados (O); Tiempo (T)] y la evidencia se identificó siguiendo algoritmos y estrategias validadas internacionalmente”.

Asimismo, la revisión bibliográfica incluyó información basada “en la mejor calidad de la evidencia disponible en los últimos 10 años y se utilizó el método Delphi modificado como metodología de consenso”.

El reto

El cáncer de pulmón, indican los especialistas en su investigación, “es un reto de salud pública debido a que es la principal causa de muerte por cáncer en el mundo” y el principal factor de riesgo “es el tabaquismo, por lo que se considera una enfermedad prevenible”.

Además, “el control del tabaco y el abandono del tabaquismo son las intervenciones más importantes contra este padecimiento, pero incluso con su implementación óptima, el número de casos en un futuro seguiría siendo significativo. En México, 25% de los pacientes con CP son no fumadores y se anticipa un incremento en este porcentaje secundario a la implementación de programas para dejar de fumar, de políticas públicas para la cesación del tabaco y de programas de detección temprana y oportuna CP”.

Las recomendaciones

Las 14 recomendaciones propuestas en la guía se agrupan en cuatro bloques: factores de riesgo (1 y 2), detección temprana y prevención (3 a 6), diagnóstico (7 a 12) y referencia oportuna (13 y 14).

Así, por ejemplo, en la primera recomendación se indica que “en personas de 50-80 años, fumadoras activas o exfumadores con más de 20 paquetes/año y con menos de 15 años de haber suspendido el tabaquismo, se recomienda la búsqueda activa de CP, aún siendo asintomáticas”.

También, en la recomendación 7 se indica que “en pacientes adultos de cualquier edad, con o sin factores de riesgo para CP, que refieran tos por tres semanas o más y cualquiera de los siguientes síntomas: disnea, dolor torácico, pérdida de peso, hemoptisis o fatiga sin un diagnóstico que lo explique, se debe considerar descartar el diagnóstico de CP”.

Y se agrega que “los síntomas y signos presentes son tos (8%-75%), dolor torácico (20%-49%), disnea (3%-60%), hemoptisis o expectoración hemoptoica (6%-35%), astenia (0%-10%), anorexia y pérdida de peso (0%-68%), acropaquias (0%-20%) o fiebre (0%-20%), por lo que la historia clínica y la exploración física son fundamentales en el diagnóstico”.

Otro ejemplo es la recomendación 8 donde se indica que “la RxT es el primer estudio de imagen que se realiza ante la sospecha de CP, y debe ser complementada con una TCT si se encuentran datos sospechosos: la RxT es una herramienta diagnóstica útil por su bajo costo, baja dosis de exposición a radiación y fácil uso. Generalmente, es el primer estudio solicitado por el médico de primer contacto por su gran disponibilidad; sin embargo, no ha demostrado beneficio en el diagnóstico de lesiones tempranas”.

Las conclusiones

En la guía se concluye que el cáncer de pulmón “es una de las neoplasias más frecuentes y constituye la principal causa de muerte por cáncer en el mundo. Se trata de una enfermedad con un gran retraso en el diagnóstico, lo que repercute en el pronóstico del paciente, la calidad de vida y en los recursos necesarios para su atención”.

En México, se agrega, el cáncer de pulmón “representa un problema de salud ya que la mayor proporción de pacientes no tiene acceso a una correcta evaluación, diagnóstico ni tratamiento. Por esta razón, se realizó la presente GPC con el objetivo de establecer recomendaciones basadas en la mejor evidencia disponible dirigidas al personal de salud de primer nivel de atención, con la finalidad de apoyarlo en la toma de decisiones”.