Un estudio publicado por la revista científica Inmmunity reveló una nueva función de las células asesinas o células NK (natural killers o asesinas naturales). Como si no fuera suficiente la capacidad que tiene este tipo de leucocitos para defender al sistema inmunológico contra virus, bacterias, tumores y demás posibles invasores del cuerpo, se comprobó que las células asesinas también ayudan a optimizar la nutrición y el crecimiento del feto dentro del vientre materno durante la etapa temprana del embarazo.

La investigación fue realizada por un equipo de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China y en ella se detectó que estas células inmunes están presentes en mayor proporción durante el inicio del embarazo y que van disminuyendo paulatinamente durante el proceso de gestación, después de la formación de la placenta.

Se demostró así que las células NK permiten el equilibrio inmunológico y el crecimiento de los vasos sanguíneos de la placenta, lo que tiene una incidencia en el crecimiento del feto y en su peso a medida que va creciendo.

Haiming Wei, uno de los autores de la investigación, declaró en un comunicado que ha sido replicado en medios de comunicación que “estos hallazgos no solo revelan nuevas propiedades de las células asesinas naturales durante el embarazo temprano, sino que también apuntan a enfoques para la administración terapéutica de células NK con el fin de revertir la restricción de la nutrición dentro del microambiente uterino”. De esta manera, el descubrimiento amplía el panorama hacia nuevas posibles estrategias de terapia celular adoptiva, ahora no solo enfocadas en combatir elementos externos sino también en favorecer el desarrollo del cuerpo y sus tejidos.

Además, el estudio reveló que un subconjunto de las células asesinas segrega factores que promueven el crecimiento, estos llamados pleiotrophin y osteoglycin. En ambos casos, su presencia u ausencia resultó estar vinculada con el desarrollo normal del feto o con su pérdida, respectivamente. En las investigaciones, hallaron que este subconjunto se presentaba en menor proporción en el revestimiento del útero de pacientes con abortos espontáneos recurrentes (42%) en comparación con mujeres sanas (81%), según detalla el informe.

Estadísticas reseñan que, en promedio, al menos 20% del total de embarazos que ocurren en Latinoamérica terminan en abortos espontáneos, cifra que puede ascender si trata de mujeres mayores de 40 años. Wei y su equipo abren, así, las puertas a la posibilidad de revertir complicaciones a través de terapias con este tipo de células.

Al respecto, Zhigang Tian, otro de los investigadores a la cabeza del proyecto, informó que “este estudio proporciona una vía para tratar la restricción del crecimiento fetal, el aborto espontáneo recurrente con razones desconocidas y la pérdida fetal vinculada con la edad al mejorar el microambiente del útero”, pero agregó que aún “se necesitan más estudios para explorar los protocolos más adecuados para inducir células asesinas naturales similares a las del útero”.