Ese fue el resultado de una investigación realizada en Brasil con 13 mujeres en distintos estadios del embarazo
El resultado de un solo test negativo no es suficiente para descartar al virus Zika (ZIKV) en la mujer embarazada y, por lo tanto, se requiere que sean sometidas a más de un estudio.
Eso es lo que sugiere una investigación realizada en Brasil y publicada hace unos días por la revista científica Emerging Infectious Diseases.
A juicio del autor del ensayo, Maurício Lacerda Nogueira -profesor de la Facultad de Medicina de São José do Rio Preto (Famerp)-la epidemia de infección por el virus Zika “es uno de los desafíos más importantes de la ciencia brasileña contemporánea”, perjudicando especialmente a mujeres embarazadas. Los primeros casos de microcefalia potencialmente asociados con este virus se reportaron en el noreste de Brasil. Entre agosto y octubre de 2015, se observaron docenas de casos de microcefalia y anormalidades oculares en recién nacidos y pruebas de laboratorio en su sangre y tejidos, todos nacidos de madres infectadas por el virus ZIKV durante la gestación.
El investigador se propuso desarrollar entonces una cohorte prospectiva (ya en progreso) de mujeres embarazadas infectadas para evaluar los aspectos clínicos, virológicos y epidemiológicos de la infección por ZIKV en mujeres embarazadas y sus descendientes.
El material genético del flavivirus, patógeno del virus ZIKV, puede detectarse durante la etapa aguda de la infección en fluidos como la sangre, la orina, el semen y la saliva, por lo que este método es el que se usa habitualmente como control prenatal de rutina en las embarazadas que presentan algún síntoma de la enfermedad.
“Efectuamos un seguimiento con un grupo de gestantes con diagnóstico confirmado de zika y testeamos su orina durante varios meses, con intervalos de aproximadamente una semana. En algunas de esas mujeres, la carga viral en la orina desaparecía y luego volvía a aparecer”, declaró Lacerda Nogueira según registro de la Agencia Iberoamericana para la Difusión de la Ciencia y la Tecnología (DICYT).
La investigación evaluó a 13 mujeres en distintos estadios del embarazo (de 4 a 38 semanas), atendidas en el Hospital de Niños y Maternidad (HCM) de São José do Rio Preto, en el interior de São Paulo, Brasil. A una de ellas se le detectó el virus en la orina durante hasta siete meses. En cinco mujeres, el resultado volvió a dar positivo para la presencia del virus aun después de que la carga había llegado a cero en exámenes anteriores. En todos los casos, el patógeno desapareció del organismo inmediatamente después del parto, asegura la agencia de noticias.
“Estos datos sugieren que durante el embarazo el virus sigue replicándose en el niño o en la placenta, que hacen las veces de reservorio del patógeno. Pero la carga viral en los fluidos maternos es intermitente y muy baja: se ubica casi en el umbral de detección”, comenta al respecto el autor del ensayo, quien recomienda repetir el análisis, por lo menos, otras dos veces, con intervalos no inferiores a una semana, en los casos en que el resultado del test molecular da negativo.
“Solemos hacer este tipo de análisis con muestras de orina porque son más fáciles de obtenerse y también porque en la sangre la carga viral es aún más baja y desaparece más rápido”, agregó. Tres de las mujeres en seguimiento en el estudio tuvieron bebés con complicaciones causadas probablemente por el zika. Dos presentaron alteraciones en los test de audición y uno nació con un quiste en el cerebro.
No fue posible determinar una correlación entre la cantidad de veces que se detectó el virus en la madre y los desenlaces adversos. “Para ello serán necesarios nuevos estudios con una mayor cantidad de participantes”, dijo Lacerda Nogueira.
Este año, solo en el primer trimestre, Brasil registró 165 nacimientos de bebés con microcefalia debido al virus zika, según el Ministerio de Salud de ese país. En ese período, la enfermedad causó 14 muertes fetales o neonatales y 16 cuadros de abortos espontáneos, malformaciones y problemas en el sistema nervioso.
Unos 2.205 casos de 10 mil sospechosos de microcefalia se han confirmado desde 2015, cuando Brasil declaró emergencia sanitaria (que levantó en el segundo trimestre de este año, en mayo). Se ha confirmado desde entonces, además, la relación entre el zika y la muerte de 259 bebés.
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