Los sobrevivientes de cáncer infantil desarrollan condiciones de salud crónicas tempranas y severas (CHC, por sus siglas en inglés). Sin embargo, no se había descrito un panorama cuantitativo de la morbilidad de los supervivientes: ¿Qué pasa cuando llegan a la edad adulta? Para responder esa pregunta, el Hospital St. Jude Children’s Research, ubicado en Memphis, Tennessee, Estados Unidos, se puso como objetivo describir la carga acumulativa de enfermedades crónicas en una población de adultos sobrevivientes al cáncer infantil.

Un grupo de investigadores recopiló datos sobre 168 condiciones de salud crónicas en todos los pacientes tratados en ese hospital con cáncer infantil, que hayan sobrevivido 10 años o más desde el diagnóstico inicial y que hayan cumplido 18 años o más al 30 de junio de 2015. En el análisis se incluyeron 21 variables de exposición al tratamiento, con datos extraídos de los registros médicos.

Unos 5.522 pacientes tratados por cáncer infantil en el Hospital St. Jude Children’s Research, con registros completos, sobrevivieron 10 años o más y tenían 18 años o más en el momento del estudio; 3.010 (54,5%) estaban vivos y tenían una evaluación clínica prospectiva; 2.512 (45,5%) no fueron evaluables clínicamente; y 272 fueron voluntarios de la comunidad.

Los resultados del ensayo, publicados por la revista científica The Lancet, arrojaron que en cuanto a la incidencia acumulada de enfermedades crónicas, a los 50 años de edad, esta fue de 99.9% en los grados 1-5 y 96% en los grados 3-5.

Es decir, a los 50 años de edad, un sobreviviente había experimentado, en promedio, 17.1 enfermedades crónicas de cualquier grado, de los cuales 4,7 (4,6- 4,9) eran condiciones de salud crónicas de grado 3-5 o gravies, discapacitantes o mortales.

Los segundos cánceres, las enfermedades cardiovasculares y los trastornos endocrinos fueron las principales patologías identificables en este grupo etario sobreviviente del cáncer infantil.

El estudio clasifica a los sobrevivientes de cáncer infantil como una población vulnerable y médicamente compleja y no reconocidas/satisfechas eficientemente, por lo que estos resultados podrían ayudar a los profesionales de salud a diseñar ensayos clínicos al respecto y avanzar en un tratamiento completo y justo.

De hecho, de acuerdo a un análisis realizado por la Sociedad Europea de Oncología Médica/Sociedad Europea de Oncología Pediátrica sobre las necesidades de los adolescentes y adultos jóvenes con cáncer, más de dos tercios de los médicos no tienen acceso a centros especializados en este grupo eatrio; no conocen trabajos de investigación ni ensayos clínicos diseñados para ellos; tampoco pueden recurrir a servicios de oncología para el manejo específico de las secuelas del cáncer a largo plazo.

En aumento

A principios de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que la frecuencia de aparición del cáncer pediátrico aumentó un 13% en los años 2000, comparado con lo reportado en los años 80.

Si bien el aumento puede deberse a la posibilidad, cada vez mayor, de detectar y diagnosticar la enfermedad en los niños, la OMS considera que podría deberse también a factores medioambientales, identificando hasta fecha factores de riesgo como las radiaciones ionizantes y la toma de dietilestilbestrol durante el embarazo (una hormona que ya no se utiliza como tratamiento). “Algunos cánceres infantiles también guardan relación con la constitución genética, como sugieren las diferencias en las tasas de incidencia entre poblaciones étnicamente distintas. La predisposición individual, por razones genéticas, también puede ser un factor decisivo. Algunos estudios sugieren que ciertos virus como el EBV, el virus de la hepatitis B, el virus del herpes humano o el VIH también pueden incrementar el riesgo de padecer determinados cánceres infantiles”, establece la OMS.

El cáncer infantil es poco frecuente: representa entre un 0,5% y un 4,6% de la carga total de morbilidad por esta causa según la OMS. Las tasas mundiales de incidencia oscilan entre 50 y 200 por cada millón de niños en las distintas partes del planeta. En la Argentina, diagnostican aproximadamente 1.200 nuevos casos de cáncer infantil por año, de acuerdo al Registro Oncopediátrico Hospitalario Argentino.